Instituto Bonaerense de Estudios Políticos y Económicos

"SABER PARA DEFENDER"

El IBEPE constituye una herramienta imprescindible en la construcción de espacios para quienes entendemos que la distribución del conocimiento equivale a la igualdad de opotunidades en materia de formación política, el objetivo de las actividades del Instituto es la profundización del análisis del proceso iniciado el 25 de mayo de 2003 aportando de esta manera a su consolidación en la Provincia de Buenos Aires.

viernes, 14 de mayo de 2010

La Crisis en Grecia: Similitudes entre la Unión Europea y la Convertibilidad Argentina de los ´90

por Lisandro Mogliati

La crisis desatada en Grecia y que amenaza con trasladarse al resto de las economías de la “zona del Euro”, en particular en los denominados PIGS (cerdos en inglés, que comprende a Portugal, Irlanda, Grecia y España), tal vez las economías más vulnerables de la “Vieja Europa”, ha puesto en evidencia algunas debilidades de la unión monetaria, y las deficiencias estructurales del euro.



Como se sabe, la unión monetaria de los Estados Miembros de la UE, ha llevado a la desaparición de las monedas locales (salvo Inglaterra que sigue aferrándose a la libra esterlina) reemplazadas por el euro desde 1.999 como referencia nominal de las transacciones y desde 2.002, físicamente, como papel dinero en circulación en los países de la UE que adhirieron a la moneda única.



La integración monetaria es un factor de cohesión económica que no implica sólo una ruptura de las tradiciones europeas en lo inherente a la eliminación de la peseta española, la lira italiana o el dracma griego entre otras históricas monedas.



La Unión Económica y Monetaria, como política comunitaria, incorporó el euro como moneda de cambio y prevé la armonización de las políticas macroeconómicas y finacieras comunes a todos los países de la “zona euro”, todo esto en un marco institucional también común, el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) compuesto por el Banco Central Europeo (BCE) y los Bancos Centrales Nacionales (BCN) de los Estados miembros de la Unión Europea.



Esta situación que impone a los miembros de UE la obligación de armonizar la política económica, impide la adopción de políticas unilalerales, por parte de cualquier gobierno europeo, para la corrección de algunas variables nacionales de ajuste, como por ejemplo la devaluación competitiva de la moneda y reducir el déficit fiscal por esta vía, mejorando a su vez los términos de intercambio de comercio internacional, abaratando en términos relativos las exportaciones y encareciendo al mismo tiempo los productos importados.


Aunque se considere una aberración en el análisis económico, desde lo empírico en algunas de sus consecuencias visibles, lo que sucede ahora en la UE, tiene semejanzas con lo que la economía argentina vivió en la década de los ´90, tras la instauración del sistema de convertibilidad del peso argentino con el dólar estadounidense.



Por que?, si bien la Argentina forma parte de un acuerdo de integración como es el MERCOSUR, nada tiene que ver este acuerdo con el sistema, la organización y las implicancias logradas por el Tratado de Maastrich, que dio lugar a la Unión Económica y Monetaria Europea.



Pero aquella política económica de la convertibilidad, basada en los designios del Consenso de Washington, que persiguió, consolidó y defendió como bandera el menemismo gobernante y estuvo en el discurso de campaña de De la Rúa como cuestión inamovible, en su camino a la inconclusa presidencia, tuvo ribetes comparables con alguno de los problemas que hoy en día complican a la economía de los países de la “Euro Zona”.



La mayor coincidencia está en la imposibilidad de corregir el tipo de cambio en forma autónoma por parte de los países miembros, y poder depreciar la moneda nacional y hacer más competitivas las exportaciones nacionales.



Formar parte de la “zona euro” tiene la desventaja de un tipo de cambio fortalecido, que abarata y estimula las importaciones (y la salida de divisas) y encarece las exportaciones (restringiendo el ingreso de divisas por esa vía).



Argentina en el marco de la convertibilidad, pasó por un período de estancamiento de la producción industrial y el empleo.



En ese período colapsó el desarrollo económico nacional y hubo un proceso de reversión productiva, con la sustitución de la producción nacional por manufacturas de origen industrial (MOI) procedentes del exterior, producto de la fortaleza del peso argentino y la falta de ajustes virando hacia un tipo de cambio más competitivo.



Hoy la Unión Europea presenta un panorama similar en ese aspecto, aunque obviamente su sistema organizacional tiene la fortaleza y la estructura que no tenía ni tiene institucionalmente la Argentina.



Pero son evidentes las dificultades para que los productos europeos sean competitivos internacionalmente, por precios relativos altos, dada la fortaleza del euro frente al dólar y a otras divisas.



Definitivamente las manufacturas europeas resultan caras en los países importadores y no existe, unilateralmente, para los países de la unión, la alternativa de la corrección del tipo de cambio a través de la devaluación competitiva de las monedas nacionales, que ya no existen desde la instauración del euro.



Los países de la “euro zona” actual y la Argentina de la convertibilidad, son muy diferentes estructuralmente, pero así como la economía de nuestro país estuvo atada a un peso argentino sobrevaluado y con las exportaciones estancadas y poco competitivas, hoy, la UE presenta una economía atada al Euro como moneda de cambio, que se ha fortalecido cada vez más internacionalmete y esto lo sufre la producción y la competitividad internacional de las exportaciones, poniendo en peligro la producción y el empleo de una Unión Europea "envejecida" y con cargas sociales insostenibles en un futuro cercano.

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